Muchos de los pasos que los partidos políticos más grandes, como PRI, PRD y PAN, han dado en materia electoral, han sido en dirección de monopolizar el poder, y llevan “plan y maña”. Sus dirigentes, que lograron sacudirse de encima a sus adversarios políticos –ahí tenemos a varias víctimas, como Marcelo Ebrard, Cuauhtémoc Cárdenas y hasta el propio Felipe Calderón, entre otros– ahora quieren perpetuarse en sus partidos.
O sea, la moda ahora es monopolizar el poder. Y para eso requieren de aplicar ellos, en conjunto, la Teoría del Caos. Es decir, que ellos puedan nadar como peces en el océano del conflicto creado a propósito en torno de las instituciones electorales, las encargadas de determinar a los ganadores. De lo que se ha tratado es de, como partidos grandes puestos de acuerdo, promover que los dos pilares de la autoridad electoral lleguen a los comicios desacreditados, con la autoridad en entredicho y la imagen bastante dañada. Al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) le asignaron la tarea de poner de cabeza al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), mediante spots fuera de tiempo de campaña y dádivas al público en especie prohibidas por la ley, lo cual fue interpretado como “una cacería ilegal de votos sin igual”, con el reparto de calendarios, tarjetas de descuento, lentes graduados y paquetes escolares para los niños. Se hizo muy visible al público que el INE ponía multas al Verde y el TEPJF se las rebajaba. Que el INE autorizaba candidaturas como diputado a Marcelo Ebrard y el TEPJF se las revocaba. ¿Y cómo hacer quedar mal al INE ya con el TEPJF en el suelo? Una conveniente conversación privada de su presidente, Lorenzo Córdova, fue hecha pública y motivo de mucha controversia. En el fondo de esa tarea, que se han echado a cuestas los actuales grupos que dominan a sus partidos, no está consolidar mejores equilibrios en el ejercicio del poder ni fortalecer el pluralismo ideológico o lograr la limpieza de los comicios, sino el de afianzarse como grupos, cuyas dirigencias quieren perpetuarse en el poder con los mismos fines que sus pares, a la vez que cerrarles el camino a otros grupos políticos con mejores propósitos que los suyos. Los medios de comunicación y empresas encuestadoras se esfuerzan en hacer creer que los ciudadanos se debaten entre votar por el PRI y el PAN en la mayor parte de las entidades, para hacer suponer que nada ha cambiado y que todo sigue igual, y en otros, que si acaso Morena podrá arrebatarle algunas plazas al PRD. ¿Qué tan arreglados están estos comicios? Es cuestión de unos cuantos días para saberlo.
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